domingo, 4 de julio de 2010

Un encuentro, nó casual.

Todo comenzó hace mucho, siquiera recuerdo el día en que la conocí; Solo recuerdo que la conexión fue de manera inmediata, nos gustaban las mismas cosas, teníamos los mismos intereses… La atracción física está de más mencionarla; Todo iba fluyendo en completa armonía, y la conversación se tornaba cada vez más intensa, más sexista; La confianza que nos tuvimos fue tan fuerte, que intercambiamos nuestras más profundas intimidades y nuestros más grandes deseos y secretos.

De repente la veía como si la conociera de años, como si fuera el más grande amor que jamás haya tenido; Queríamos tocarnos y expresarnos físicamente todo lo que sentíamos y emanábamos, y en efecto, así sucedió.

Fue un momento mágico, y la sensación de sentir su cuerpo junto al mío, apropiándome de cada parte de su suave y blanca figura, mientras nos movíamos a un ritmo que jamás había vivido era inexplicable; Un ritmo que aceleró mi corazón al punto de no querer parar y desear que no hubiese un final, hasta que de pronto la habitación se estremeció, un silencio rotundo invadió el lugar, y nuestras respiraciones se cruzaron, y simplemente, caímos uno al lado del otro, en la cama, sin emitir sonido alguno.

Al día siguiente desperté, aún con la sensación de placer, que era evidenciada por un levantamiento justo en el medio de la sabana que me cubría; pero estaba solo; No había nadie más.

- No tome anoche – fue lo primero que pensé – Todo fue real, estoy seguro.

Y así poco a poco, mi seguridad se desvanecía; A pesar de que las imágenes y las sensaciones eran claras, y que recordaba exactamente cada segundo del tiempo que estuvimos juntos.

De pronto suena mi celular, (y si, con el sonido más común que puede haber… ¡Trilili Trililin! Pues, hace 3 años me robaron en un transporte y aún cargo un teléfono prestado).

Contesto precipitadamente, y la escucho, aquella voz de acento extranjero que me hacia alucinar, y que utilizando pocas palabras y aún yo, sin entender mucho, se excusa por la desaparición repentina, y el alejamiento momentáneo.
Verdaderamente fue un momento que nunca pude olvidar y que me dejo marcado; Luego de esto, salí con unas 7 personas durante el resto del año, y a pesar de todo, nunca pude repetir aquella sensación vivida en año nuevo, y que poco a poco iba olvidando.

Durante las vacaciones de verano, me encontraba soltero, pero disfrutando cada salida nocturna como si fuera la última, y para ser sincero, había olvidado por completo aquello que habría pasado 6 meses atrás; Hasta que una tarde calurosa escucho, “Trilili trililin”, y atiendo de forma precipitada, reviviendo aquella única noche en la que me sentí dueño del mundo, en la que sentí que no hacía falta más, pues lo tenía todo. Y ahora estoy aquí, preguntándome si algún día volverá a llamar, “tan malo no soy”, pienso yo.

¿Y qué les dije? Me llamó. Quedamos en vernos en un sitio que ni yo mismo conozco, y por ende tú tampoco, un sitio donde ni el mejor chofer podrá llegar, y será nuestra aventura, que después se podrá relatar.

Agradezco sus criticas, sugerencias, benevolencias y comentarios ;)

Atte: Bastardo R. Gustavo J.

jueves, 1 de julio de 2010

Un pequeño cambio.

En la vida no hay nada más aburrido que la monotonía, pues con el tiempo la emoción de las cosas se va esfumando, y quedamos atrapados en un ir y venir.

Constantemente sin darnos cuenta vamos cambiando, consciente o inconscientemente y por lo general, aquellas personas que se rehúsan a los cambios, son aquellas que no quieren abandonar el pasado, aquellas que se aferran a él, por miedo a lo que pueda venir en un futuro.

¿No se han dado cuenta acaso, que por más viejo que sea un televisor que tengan en casa, y aunque se vea en blanco y negro prácticamente, aun lo tienen?

Esto se debe a nuestra condición humana y nuestra capacidad de pensar, que, nos aferramos a él, independientemente de que tengamos o no, el dinero para comprar otro… Porque si esta fuera la excusa, ¿Cómo se explica, que justo el día en el que se dañe, de inmediato compramos otro? ¿Por qué no comprarlo antes de que se dañe?

La respuesta está en cada uno de nosotros, dependiendo de nuestro juicio y personalidad y esto, no es más que un argumento para decir que, “No debemos esperar a no ver una salida en nuestras vidas, no debemos esperar, a llegar al punto de no saber qué hacer con ella, constantemente debemos cambiar, no cambios radicales, cambios sutiles que permitan día a día ir descubriendo nuevas cosas, conociendo nuevas personas y adquiriendo nuevas experiencias"; Como esta, pues, sino lo notaron, cambie la imagen del blog.

Espero sus comentarios =)

Atte. Bastardo R. Gustavo J.
PD: Muy pronto estará lista la continuación de "un matrimonio muy particular" y la publicación acerca de la radicalización.